¡Aquí sí pasa, en Bogotá Camina Segura contamos historias inspiradoras! Para aventurarse a dirigir una entidad que toda la vida ha sido manejada por hombres, no de la manera más acertada –deportivamente hablando-, y enfrentarse a ese medio hostil y machista, hay que tener un carácter demasiado fuerte y una convicción en las capacidades propia para cambiar la historia; y eso es lo que le sobra a Isdith Maraly Káder Rueda, presidenta de la Liga de Baloncesto de Bogotá.
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Detrás de esa mujer sencilla, alegre, extrovertida, risueña, hay una mujer a la que la vida le ha dado lecciones que le enseñaron a ser determinada, fuerte, guerrera y con la sinceridad a flor de piel, la que dice las cosas tal y como son, sin rodeos, de frente, y a conseguir las metas que se propone, eso sí, como ella misma dice, “De la mano de Dios, porque soy muy creyente, porque no hay una hoja de papel que sin él se mueva”.
Maduró joven
Cerrando este mes de las madres, presentamos a la primera dama del baloncesto bogotano, una luchadora que ha sabido enderezar con resiliencia, honestidad y trabajo asertivo, el rumbo de la Liga.
Como hija, lo reconoce, no fue todo lo que su mamá quería. “Fui difícil, demasiado inquieta, no fui una niña tranquila. De joven era muy hiperactiva, me metía en cuenta cosa había en la casa, el barrio, el colegio y la universidad. Pero nunca practiqué una disciplina con juicio, en modo federado o en modo liga. Crecí, fui madre muy joven y ahí ya me enfoqué en sacar a mi hija adelante, en estudiar, en crecer para brindarle garantías y calidad de vida”.
La primera impresión que da es que es muy seria; entrada en confianza es una mujer divertida, alegre, buena conversadora, a la que la vida le enseñó a ser estricta, exigente y disciplinada. Y esos valores son los que le ha inculcado a su mayor tesoro, su hija Mayle Dayana.
“Soy alegre, responsable, a ratos cuadriculada, soy muy estructurada, tengo mucho carácter, soy mamá, hija, profesora…Como mamá intento hacer lo mejor posible, No es una tarea fácil, pero tomé de aprendizaje mi espejo para hacer mejor la tarea; entonces creo que me ha ido muy bien, tengo una excelente hija, maravillosa, juiciosa, estudiosa, deportista, ella también ama el baloncesto y creo que he venido haciendo la tarea con disciplina, con errores como todo ser humano, pero concienzudamente”, aseguró.

Levantó la Liga
Isdith es administradora de empresas y especialista en gestión pública de la Escuela Superior de Administración Pública ESAP. Entró a trabajar en el sector público, que es lo que cambia su rumbo, trabajando con la población juvenil como referente de una entidad de salud. Se acercó a los jóvenes y conoció su problemática en territorio, por qué los muchachos no tienen oportunidades y todas las características del entorno juvenil cuando el estado tiene brechas.
Ahí, hace 13 años, creó y empieza su proceso con Búfalos, incursiona en forma en el baloncesto, conoce muchas personas y por ellos es que llega a la Liga. Ya estando ahí notan en ella cualidades por su tipo de profesión, que podrían fortalecer el tema administrativo en la Liga, y fue invitada por unos amigos presidentes de clubes de baloncesto de la capital a formar parte del Comité Ejecutivo, y desde 2019 es la encargada de la gestión administrativa de la Liga; la gerencia y en 2020 asume la presidencia.
Han tenido momentos dificilísimos después de la pandemia. Pero con resiliencia y trabajo han logrado salir adelante y en este momento tienen una liga muy robusta, muy fortalecida, con 34 clubes afiliados, más de 5.500 deportistas en el registro como Bogotá.
“Volvimos a figurar en los podios de Juegos Nacionales de Mayores trayéndonos la medalla de bronce, que había sido esquiva para nuestra ciudad hace muchos años. El año pasado en Jugos Nacionales de la Juventud hicimos una representación que nos demuestra que tenemos que seguir trabajando para conseguirlos objetivos que tenemos en Bogotá”, indicó.
La invitación a ser parte del Comité Ejecutivo sí llegó de sorpresa. No lo esperaba, cuando le dijeron que venía elección de Comité Ejecutivo, por cuatro años, que hay unos clubes interesados en que las cosas cambien, que mejoren, y que ven que hay muchos procesos que están fallando, que no hay inclusión, que no hay equidad, que no todos están en las mismas condiciones, y le dicen que quieren que ella crea en ese proyecto. Se reunió con esos clubes, escuchó sus propuestas, le llamó la atención su ideología, con la oportunidad abierta para todos y se sintió identificada; y por eso llegó a la Liga.
“¿Fácil?... nada es fácil y menos en un medio donde la mayoría de dirigentes siempre son hombres y llegar tú, de mujer, a un medio que está masificado casi en su totalidad por los hombres, somos muy pocas directivas en espacios deportivos, son muy pocas las entrenadoras que hay –para la muestra, no tenemos una sola entrenadora que haya sido Selección Colombia, no tenemos una presidente en la historia de la Federación Colombiana de Baloncesto, y la Liga no era ajena a ello-”, indicó.
No dijo si le gustaría llegar al Comité Ejecutivo de la Federación Colombiana de Baloncesto, pero si manifestó que “A nivel nacional somos pocas las mujeres que estamos liderando ligas en este momento. Eso genera resistencia porque uno de mujer es poco menos propenso a … y en un ambiente tan masculino todos son muy propensos a… Entonces eso genera malestar, el decir las cosas como deben ser eso origina malestar, pero hace parte de la esencia de nosotras como mujeres. Hay que creer en los procesos, hay maneras de hacer las cosas bien para que la industria deportiva sea una gran empresa”.
Isdith tiene claro que no se va a quedar eternamente porque todo en la vida tiene ciclos. Y la Liga demanda muchísimo tiempo, es absorbente, tiene torneos permanentes, hay mucho por hacer. Es pasión, al que le gusta lo hace, pero también necesita su espacio.
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“Un legado… creo que ya lo estamos dejando. Hemos marcado un antes y un después en la Liga. Creo que el legado es que demostramos que las cosas se pueden hacer bien; con transparencia y trabajo honesto las cosas funcionan bien y se crece. El baloncesto me ha sacado canas, más que mi hija, ja ja ja. Y tengo claro que mi éxito en la vida y en mis cosas, en la Liga, se debe a que Dios nunca me ha soltado de su mano y en los momentos más difíciles, él siempre ha estado ahí y siempre me saca victoriosa”, puntualizó.
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